Hoy en día, solo un pequeño porcentaje de los plásticos se pueden reciclar con éxito. Por distintas razones científicas y técnicas, a menudo relacionadas con los compuestos y aceites de los que provienen, hay una gran cantidad de plástico presente en botellas o envases que todavía no se recicla.

Durante el 2020, la concepción social con respecto al plástico vivió una pequeña transformación. Pasó de ser uno de los grandes señalados entre los culpables por el cambio climático, a tener un papel indispensable por la situación de la pandemia, que resaltó sus beneficios anti Covid. Guantes, mascarillas o botellas de oxígeno estaban fabricadas a partir de este compuesto y contribuyeron sobremanera a salvar las vidas.

En estos dos años, por tanto, la sociedad ha pasado de no querer ver el plástico en sus vidas a verlo con otros ojos. Y es que el plástico, en sí, no es perjudicial para la vida. Es un producto con muchísimas ventajas que se ha hecho indispensable. El principal problema que plantea es también una de sus grandes ventajas: su durabilidad.

La degradación del plástico suele rondar, sin efecto del hombre, más de 150 años. Es por ello que desde mediados de siglo XX se comenzaron a tratar con distintas técnicas su erradicación. El inconveniente asociado era la contaminación que esas técnicas implicaban.

Llegados a este punto, el dilema es bien claro: ¿cómo continuar usándolo? Y la respuesta es bien clara y conocida, reciclando más y mejor para fomentar la economía circular. Bajo este sintagma, como explica el Parlamento Europeo, se esconde el “modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende”.

Conforme más plástico seamos capaces de tratar para su reutilización menos impactaremos negativamente en el medio ambiente

Para contribuir a ese equilibrio entre uso e impacto ambiental, Honeywell ha anunciado la comercialización de la tecnología UpCycle: un proceso revolucionario que incrementa los tipos de plásticos que se pueden reciclar, hasta el 90%. Esta tecnología, además, reduce la huella de carbono y la demanda de plástico virgen con lo que se fomenta la economía circular del plástico.

Desde Abascal Comunicación hemos coordinado y llevado a cabo la comunicación de este proyecto que ha contado con la participación de equipos de tres países distintos. El resultado final de esta campaña ha sido un éxito. Gestionar equipos de culturas y procedencias diferentes es un gran reto que requiere de destrezas, competencias y habilidades y sobre todo mucha adaptación y flexibilidad.

Este proyecto contaba con dos grandes desafíos: una solución que provenía del acuerdo de dos grandes multinacionales de sectores distintos, como Sacyr y Honeywell, que han hecho en España una Joint venture para la gestión de la planta, y la intervención de varios países para su anuncio.

Hemos conseguido que los resultados españoles lideren y sobresalgan, gracias a un servicio integral de comunicación y una formación de portavoces excelente y adaptada.