La comunicación, hecho humano por excelencia, siempre ha ido de la mano de la tecnología, componente que la ha transformado por momentos. De hecho, muchos de los elementos tecnológicos que han contribuido a la comunicación han supuesto un cambio de era, como la imprenta o los medios de comunicación de masas. Así, la relación de necesidad y crecimiento mutuo que ambas esferas han desarrollado a lo largo de los siglos constituyen un binomio que ha contribuido a la mejora de la sociedad.

Si la televisión fue el gran revolucionador del siglo XX, el medio estrella, rey de la información y el entretenimiento, sin duda las infinitas posibilidades de Internet se ha alzado en estas dos décadas del XXI como el elemento disruptor de la comunicación de nuestros días. Desde Internet no solo podemos leer el periódico, ver el telediario o escuchar la radio; es que podemos hacerlo todo a la vez. O incluso crear nosotros mismos una radio, vídeos informativos y podcast que compartir.

Aunque trasladar a las posibilidades de Internet el uso tradicional de los medios ha sido un largo camino que los medios han sabido realizar tras una larga transformación, las verdaderas disrupciones han venido con las redes sociales. Facebook, LinkedIn, Instagram o Whatsapp han transformado de manera radical todo el planteamiento que hasta hace una década se tenía en el mundo de la comunicación y el periodismo. ¿Pero qué factores ha incorporado la tecnología a la comunicación del siglo XXI?

  • Inmaterialidad. Si la comunicación tradicional acortaba la distancia y el tiempo, la digital lo elimina.
  • Interactividad. La comunicación digital ha explotado la bidireccionalidad del mensaje.
  • Interconexión. Las posibilidades tecnológicas que encontramos gracias a la tecnología propicia una conexión total entre iguales.
  • Instantaneidad. Las redes sociales permiten la transmisión de información, de opiniones y de entretenimiento en el preciso instante que se envía, acercando a sus interlocutores.
  • Innovación. Las oportunidades gracias a Internet son casi ilimitadas. Todo lo que se pueda pensar y crear en el ámbito de la comunicación puede existir. Trabajos conjuntos en drive, nubes que permiten alojar documentos, newsletter que avisan de las noticias más importantes para cada persona, multisegmentación…
  • Automatización. La complejidad técnica de algunos aspectos tecnológicos hace que la comunicación digital a veces tenga que acompañarse de otros expertos (marketinianos, ingenieros…) para conseguir un buen resultado. Pero esa complejidad solo es inicial. Una de las muchas ventajas que aporta lo tecnológico a la comunicación reside en la automatización de procesos, plantillas, que permiten manejar de manera más directa el contenido.

Pero la comunicación, digital o tradicional, con disrupción tecnológica o sin ella, siempre trata de personas, alguien que quiere decirle algo a alguien, una persona que se interesa por un contenido. La esencia es inmutable, por mucho formato y nuevas posibilidades que se viva en el sector. En Abascal Comunicación, durante estos dieciséis años de vida, hemos sabido adaptarnos y crecer para ofrecer a nuestros clientes el servicio elemental con el que trabajamos: la comunicación. En sus diversas formas.